Si se cuenta con una lectura confiable del estado de deformación, se puede saber a qué valores de esfuerzo trabaja ese elemento, lo que es un dato valiosísimo, pues permitiría comprobar si los valores del cálculo estructural se corresponden a los obtenidos experimentalmente, con lo que se evitaría el riesgo del sobredimensionamiento o subdimensionamiento de esos elementos estructurales; por otro lado ayudaría a verificar el grado de aproximación de los cálculos y a corregir, en su caso, los errores.