El tiempo y la eternidad

El tiempo y la eternidad

El tiempo y la eternidad

  • Autor:
    Ananda Kentish Coomaraswamy
  • ISBN:9788497700085
  • Colección:Filosofía y pensamiento
  • Categoría:Filosofía y religión; Filosofía
  • Temática:Filosofía: metafísica y ontología
  • Páginas:78
  • Idioma:Español / Castellano
  • Editorial:Vision Libros
  • Código de Producto:407
  • Disponibilidad: Disponible
  • Formato de este producto: PDF
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«Considero que hay necesidad de comprender el sentido en el que la Escritura habla del Tiempo y la Eternidad» (Dionisio, De div. nom. 10.3)2. Aquí, la doctrina del Tiempo y la Eternidad se examinará en contextos védico, budista, griego, cristiano, e islámico. Ambos términos son ambiguos. El «tiempo» es ya sea la totalidad o ya sea una parte del continuo de la duración pasada y futura; o bien es ese punto de tiempo presente (nunc fluens) que distingue siempre las dos duraciones entre sí. La eternidad, desde nuestro punto de vista temporal, es una duración sin comienzo ni fin o, como ella es en sí misma, ese punto de tiempo inextenso que es Ahora (nunc stans).
Desde lo que puede llamarse el punto de vista fundamentalista o literalista, el tiempo, en el primer sentido, se considera como habiendo tenido un comienzo y como procediendo hacia un final, y así en contraste con la eternidad como una duración que dura siempre, sin comienzo ni fin. La absurdidad de estas posiciones se hace evidente si preguntamos con San Agustín, «¿Qué estaba haciendo Dios [lo Eterno] antes de hacer el mundo?», pregunta cuya respuesta es, por supuesto, que puesto que el tiempo y el mundo se presuponen entre sí, y puesto que en los términos de la «creación» son «con-creados», la palabra «antes» en una pregunta tal no tiene ningún significado. De aquí que en la exégesis cristiana se argumente comúnmente que, in principio, no implica un «comienzo en el tiempo» sino un origen en el Primer Principio; y de esto se sigue la deducción lógica de que Dios [lo Eterno] está creando el mundo ahora, lo mismo que siempre.
La doctrina metafísica simplemente contrasta el tiempo, como un continuo, con la eternidad, que no está en el tiempo, y que así no puede considerarse propiamente durando-siempre, sino que coincide con el presente o ahora real, del que es imposible una experiencia temporal. Aquí la confusión surge solamente porque para una consciencia que funciona en los términos del tiempo y del espacio, el «ahora» sucede al «ahora» sin...


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