Nacido en Icod de los Vinos en abril de 1955, su vida ha estado entrelazada desde muy temprano con la Iglesia y la vocación sacerdotal. Ingresó en el Seminario Diocesano de Tenerife a los once años, donde permaneció hasta su ordenación como sacerdote en 1978. Desde entonces ha recorrido numerosos destinos en las distintas islas, compartiendo su fe, enseñando, aprendiendo y acompañando a comunidades diversas con dedicación constante. A lo largo de su ministerio ha ejercido tareas pastorales, educativas y creativas: desde la formación de jóvenes y catequistas, hasta la edición de publicaciones parroquiales y la creación de esculturas y símbolos que han acompañado la vida eclesial. También ha promovido iniciativas culturales, restauraciones patrimoniales y encuentros diocesanos. Sin buscar reconocimiento, ha tratado simplemente de estar al servicio del Evangelio con las capacidades y límites de un sacerdote que, como tantos otros, ha caminado con su pueblo, con sus hermanos en el presbiterio, y con la certeza de que el amor de Cristo lo ha sostenido todo. Estas páginas nacen como testimonio sincero al final de una etapa.