El cuento corto deja a la imaginación del lector algunos momentos que, por haber sido soslayados para el autor, satisfacen a aquel con la prodigalidad de un encuentro feliz por inesperado al permitir que, su imaginación, sin límites y sin fronteras, las del leyente, ponga otros ángulos inéditos, consecuencia de la precariedad de sus páginas, nunca de las ideas vertidas y las conclusiones halladas.
				
				
								
				
										
						A modo de prólogo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 7